Hoy, 14 de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Diabetes 🔘 y quiero hacer algunas reflexiones
Llevó la mitad de mi vida viviendo con diabetes tipo 1, inyectándome tres veces al día dos tipos de insulina. El día que me dijeron que tenía diabetes tenía doce años y lo único que pensaba era que jamás volvería a tomar Inca Kola ni iba a poder ir a fiestas de mis amigos porque ¿quién va a fiestas si no es para comer dulces? Todavía no me habían dicho que tendría que inyectarme insulina por el resto de mi vida y la verdad creo que de todo el proceso de adaptación esa fue la parte menos significativa.
Tuve la suerte de crecer con muchísimo apoyo de mi familia y amigos quiénes siempre se “adaptaron” a mi estilo de vida, lo cual me llevó a ser la “más saludable” del grupo. Sin embargo, también crecí con el prejuicio que tenía la gente sobre esta “enfermedad” que yo prefiero llamar “condición”. Cuando alguien se enteraba que tenía diabetes, aparecían preguntas como “¿tan chiquita?”, “¿no podrás comer nada?” o comentarios como “no dejes que te corten la pierna”, “tómate estas hierbitas para que te sanes de una vez”. Nunca le di mucha importancia a nada de esto porque, aunque no lo crean, tener diabetes fue una gran fuente de aprendizaje para mí (sobre todo de nutrición ).
Creo que es necesario desterrar esta idea absurda que se tiene sobre la diabetes, muchos doctores siguen asustando a sus pacientes diciéndole todo lo malo que les puede pasar si es que no siguen las “indicaciones”; sin embargo, se olvidan que más allá de una imposición, lo que se necesita para llevar una vida tranquila con diabetes es la educación, la información y la prevención. Quienes me conocen saben que tener diabetes nunca ha sido impedimento para mí, he estado a más de 6000 metros de altura inyectándome mi insulina sin ningún tipo de problema, me he ido a tonear hasta el día siguiente e incluso he llegado a comer un par de veces cosas “dulces” porque la clave no está en privarse de las cosas buenas de la vida, sino en encontrar un equilibrio de ellas.
Soy consciente de que en mi condición de “type 1”, la insulina es un factor determinante para el tratamiento. Es un medicamento cuyo precio es elevado #Quehariasinmiseguro y lamentablemente no es accesible en varias provincias. También están de por medio, el glucómetro, las tiras para medición de glucosa y los exámenes regulares que debemos hacernos. Lamentablemente esta es una “enfermedad” cara, que le puede llegar a todos por igual y en la que debemos estar dispuestos a darnos la mano cada vez que se pueda y esa es la labor que han llevado a cabo varias instituciones y asociaciones enfocadas a la educación en Diabetes. Resalto con mucho cariño la participación de ADINA (Aún recuerdo esos campamentos ).
Este año las celebraciones del Día Mundial de la Diabetes se centran en nosotras, las mujeres, y las reflexiones respecto a este tema dan para un post muuuuucho más largo y supongo que con más feeling. Solo me queda por decir ¡que sean muchos años más!