lunes, 26 de octubre de 2015

Dispositivos de insulina: Frascos, lapiceros y bombas, ¿cuál prefieres?


Hoy en día existen muchas maneras de aplicarse la insulina; depende de las necesidades diarias de cada paciente para optar por uno u otro dispositivo. Los dispositivos más tradicionales son los frascos de insulina, aquellos que deben ser guardados en la puerta del refrigerador para su conservación. Yo recuerdo haber utilizado el frasco de insulina por algunos años; sin embargo sentía muchas limitaciones porque no tenía un acceso rápido a mis dosis de insulina. Si quería salir, no podía llevar el frasco conmigo; existía la posibilidad de llevar los frascos con bolsas de hielo, pero eso implicaba además cargar con las jeringas a todos lados. Para mi resultaba incómodo cuando tenía que salir: el hielo terminaba derritiéndose y tenía que cargar un pack especial para las jeringas que lo único que generaban era un bulto enorme en mi bolso. Lo soporté por unos años, pero luego terminé
utilizando los lapiceros con cartucho. Para mi esto fue fenomenal: solo era necesario llevar el lapicero (literal es tamaño de un lapicero), no necesitaba congelación, pues podía estar como 2 meses a temperatura ambiente. Mi tratamiento con las dosis de insulina mejoró considerablemente porque tenía siempre a la mano mi insulina. El funcionamiento del cartucho se desarrolla de la misma manera que el frasco de insulina (también necesita agujas para aplicar la inyección) solo que aquí la ventaja es el poder llevarlo a todos lados. Quizá lo único malo que le pude encontrar al lapicero es que la cantidad de mililitros es mucho menor que la del frasco. Actualmente, todas las marcas de insulina tienen dispositivos tanto en frasco como en lapicero, pero me da la impresión que los lapiceros son los que mayor demanda tienen entre los pacientes diabéticos debido a la practicidad; los frascos, por su parte, han sido relegados a usos colectivos en las salas de emergencia para cualquier tratamiento médico (hiperglucemias, por ejemplo). 
Otro dispositivo, que es lo más rankeado entre los pacientes diabéticos, es la bomba de insulina (click aquí para mayor información). En muchos países se han dejado de lado los lapiceros con cartucho y ni que decir de los frascos, para utilizar estas bombas que son intento de "páncreas artificial" que imitan la segregación de insulina a partir de una dosificación digital. Las ventajas de la bomba es que ya no son necesarias las múltiples inyecciones diarias. La utilización de un cateter conectado a la bomba permite una dosificación automática las 24 horas del día. Solo se debe programar la cantidad necesaria para que la bomba comience a funcionar. De hecho esta bomba tiene una tecnología que a los pacientes les permite "olvidar" por un momento las implicancias de su enfermedad, pues te avisa cuántas cantidades de insulina quedan en tu cuerpo, lo cuál te permite instantáneamente saber si estás apunto de tener una hipoglicemia. Sin embargo, el acceso en muchos países todavía suele ser muy bajo, debido a lo elevado de su precio y la imposibilidad de encontrar en cualquier lugar las piezas de la bomba. Pero para los que pueden y se animen a utilizarla, solo busquen la marca que más se a gusto. Existen unas más "modernas" que otras que permiten un control integral sobre el camino que toma la insulina al entrar a nuestro cuerpo. No le encuentro mayor desventaja al uso de la bomba que no sea una cuestión estética, pero que fácilmente puede ser superada ocultándola con algunos "truquitos" como este
Todos estos dispositivos están en el mercado para los pacientes diabéticos, unos con más acceso que otros, pero es cuestión de cada uno de decidir cómo quiere seguir el tratamiento. Algunos nos permitirán un mejor control si nuestro ritmo de vida es más agitado. En todo caso, es cuestión de evaluar nuestra situación y siempre consultarla con nuestro médico. 

Mari

lunes, 19 de octubre de 2015

Un tiempo para comer

Comer puede generar en nosotros distintas sensaciones: saciedad, placer, culpabilidad o simplemente puede responder al llamado de una necesidad de nuestro cuerpo. Saber qué comer y cómo comer es una de las técnicas que  ayudan no solo a un mejor tratamiento de nuestra enfermedad, sino en general a tener un mejor estilo de vida. Hoy en día, "la falta de tiempo" lleva a muchas personas a comer comida chatarra, ingerir los alimentos de forma muy rápida o incluso simplemente a no comer. Los buenos hábitos alimenticios se han dejado de lado para dar paso a una nueva "cultura del comer" en donde la inmediatez es lo que prima. Para un paciente diabético, adaptar su estilo de vida al mundo de hoy puede resultar complicado, pues siempre estamos en la eterno dilema de encontrar la "comida perfecta". ¿Cuántas veces nos hemos visto reducidos a comer una hamburguesa en Mc Donalds en lugar de un almuerzo que intente llenar nuestras raciones diarias de carbohidratos por el simple hecho de no tener tiempo? A menudo nos vemos tentados a comer en fast foods como KFC o Burger King porque están en todos lados y, sobre todo, porque la atención es mucho más rápida que la de un restaurante. No tomamos en cuenta que comer no solo significa saciar nuestro apetito en el menor tiempo posible, sino que para un diabético es parte fundamental de su tratamiento. En este sentido, es necesario que nos demos un tiempo para comer, que planifiquemos conscientemente nuestras comidas diarias. No podemos darnos el lujo de decir "no tengo tiempo para comer"; esto es inaceptable, sobre todo para quienes son paciente insulinodependientes, pues las curvas de insulina pueden jugar una mala pasada si la ingesta de alimentos es inadecuada. 
En general, ninguna persona debería de saltearse ninguna comida. Tanto el desayuno, como el almuerzo y cena son comidas que articulan gran parte de nuestra vida proporcionandonos la energía necesaria para nuestras actividades diarias. Sin un buen desayuno es posible que  nuestro rendimiento en el trabajo o universidad fuese mucho menor porque nuestro organismo no cuenta con los nutrientes necesarios para funcionar. Darnos un tiempo para comer es fundamental, planear nuestras meriendas o cenas es parte de ello. Es decir; no solo es necesario tomar consciencia de la importancia de comer, sino que también debemos planear nuestras comidas para saber qué alimentos estamos ingiriendo. La comida casera siempre será la más recomendable, pero ya casi nadie tiempo de cocinar ni la posibilidad de llevar la comida al trabajo. ¿Qué hacer en estos casos, cuando tengo el tiempo para comer, pero no para cocinar algo saludable? Las opciones de restaurantes saludables, a menudo, suelen tener los precios muy altos porque "está de moda comer bien"; sin embargo, uno puede comer bien en cualquier lugar. Si por algún motivo  nuestra opción es ir a un fast food, pues tratemos de armar nuestro menú 'saludable' aunque resulte toda una odisea hacerlo en estos tipos de establecimientos. Evitemos las papas fritas y remplacemoslas por un puré de papas, evitemos las presas con mayor cantidad de grasa como las alitas de pollo o las piernas y pidamos más ensalada. Es decir, intentemos buscar la opción que mejor se adecué a nuestro estilo alimenticio.
Vivimos en un mundo en donde cada vez más desconocemos qué es lo que nuestro cuerpo realmente necesita. Priorizamos nuestro "antojos" sobre los alimentos que, en verdad, nos brindan los nutrientes necesarios para un mejor funcionamiento de nuestro organismo. Es necesario tener en cuenta que como pacientes diabéticos no debemos dejar de comer ninguna comida porque hacerlo implica una alteración en nuestro control glucémico. Además no solo se trata de comer, sino de comer bien, de comer de una manera consciente. Debemos olvidar la idea de "comer hasta la saciedad" y reemplazarla por una idea más consciente de ingerir los alimentos. Recuerden siempre que el equilibrio es una regla de oro para los pacientes diabéticos; los excesos no son buenos, pueden ocurrir de vez en cuando, pues no se puede ir contra la corriente, pero debemos tratar siempre de encontrar la opción que mejor se adecúe a nuestro necesidades

Mari

miércoles, 7 de octubre de 2015

Medición de Glucosa

¿Cuántas veces al día te mides la glucosa? Si tu respuesta es ninguna, podrías estar teniendo un mal control de tu diabetes. La respuesta cae por su propio peso, para los diabéticos tipo 1 la medición de glucosa es fundamental porque tenemos una escala móvil de aplicación de insulina. Entonces, para saber cuánta cantidad de insulina debo aplicarme, es necesario medir la glucosa y saber qué es lo que voy a comer. A grandes rasgos, la medición debería hacerse mínimo 3 veces al día: antes del desayuno, almuerzo y cena; aunque hacerlo en horarios intermedios es lo más recomendable. Muchas personas consideran un gasto innecesario hacer la medición; primero, porque en algunos países como Perú, el glucómetro y las tiras reactivas deben correr por cuenta del mismo paciente. Segundo, suele creerse que la medición de glucosa no es parte del tratamiento porque no resulta de "carácter vital"; es decir, si un día nos olvidamos de medirnos la glucosa, no pasa nada, pero si olvidamos aplicarnos la insulina los efectos inmediatos son más explícitos. Sin embargo, no olviden que aunque la medición sea ejercicio anexo a la aplicación de insulina, es a través de ella que podemos corroborar que tan efectivo está siendo nuestro tratamiento. Podemos aplicarnos unidades de insulina a ciegas, comer nuestros alimentos, pero si no medimos la glucosa estamos haciendo un "tratamiento ficticio" en donde nos sabemos qué tan alta o baja está nuestra glucosa. La medición es necesaria mucho más en pacientes que tienen un mal control de su diabetes; de hecho en periodos en que yo he tenido mi glucosa alta lo que siempre he hecho es mediar mi glucosa antes y después de comer; la razón es simple, si quieres nivelar tu glucosa tienes qué conocer cuál es tu situación actual y eso solo se consigue midiendo el azúcar.
¿Qué pasa con quiénes no pueden tener acceso a un glucómetro? Esta es una situación muy complicada, pero muy recurrente en muchas personas. Lo que les recomiendo en estos casos es afiliarse a organizaciones sin fines de lucro en donde brinden apoyo a personas con diabetes. En Perú, por ejemplo, existe ADINA, una organización a cargo de Gina Bazán en donde brindan apoyo a diabéticos tipo 1 y en donde, posiblemente, se realicen mediciones semanales de glucosa. Lo más recomendable es realizar un control diario, pero, muchas veces las situaciones son adversas y solo queda acomodarse a la situación. Un control semanal es aceptable, pero debe estar acompañado por un régimen alimenticio diario muy parecido para poder conocer las cantidades de insulina que se deben aplicar. Al contar con un glucómetro, por ejemplo, uno podría aplicarse mayor cantidad de insulina si sabe que va a comer más, pero para quienes no tienen esa posibilidad se aplicarán más insulina sin saber cuánto de glucosa tienen y esto puede derivar o bien en una hipoglucemia o hiperglucemia. Por ello, es que menciono lo de un régimen alimenticio en donde las cantidad de raciones diarias se parezcan.
Finalmente, para los que sí tienen la posibilidad de acceder a un glucómetro, hagan la medición!!. A veces, puede parecer innecesario o les de flojera el hacerlo, pero valdrá la pena porque nos ayudará a mejorar los resultados del tratamiento. Mínimo 3 veces al día 20 minutos antes de comer. Y ya saben, en periodos de glucemias altas, la mejor solución es controlar la aplicación de insulina a través de mediciones constantes, seguirle el rastro a las altas para combatirlas con la dosis necesaria.

Mari